Eran las 10.30 de la mañana de un frío lunes del 31 de enero de 1994. En el Gran Teatro del Liceo de Barcelona el día antes se había representado la obra Matías el Pintor (Mathis der Maler), de Paul Hindemith, y el martes y miércoles volvería a levantarse el telón.
Dos de los trabajadores practicando una soldadura al telón de acero que servía para aislar la sala del fuego en caso de incendio. Unas chispas del soplete prendieron en los pliegues del cortinaje y algunos trozos encendidos de ropa cayeron al suelo. Aunque los trabajadores se apresuraron a apagar el foco del incendio y se bajó el telón de acero, todo fue inútil. Las llamas ya habían saltado al telón de terciopelo y subían hasta el telar y el techo. Este se derrumbó y las llamas prendieron el patio de butacas.
Llamaradas de mas de 70 metros, madera, barnices, telas y pinturas convirtieron el recinto en una colosal falla. La presión con la que llegaba el agua a las mangueras propias del Liceo era claramente insuficiente. Mientras bolsas de gas acumuladas por la rotura de las tuberías ponían sonido al infierno en que se había convertido el edificio del Gran Teatro del Liceo de Barcelona.
El edificio quedó reducido a cenizas en menos de tres horas. Nadie salió dañado. Solo el amor propio de una ciudad que aún no había despertado de un sueño olímpico transformado en pesadilla.
Entre los espectadores atónitos que estuvieron en el mismo escenario del incendio estaba Montserrat Caballé, era su casa la que ardía frente a sus ojos.
Entre los espectadores atónitos que estuvieron en el mismo escenario del incendio estaba Montserrat Caballé, era su casa la que ardía frente a sus ojos.
Hoy el Liceo mira al futuro cuando se cumplen 25 años del incendio que lo arrasó, y este mes de octubre se cumple 20 aniversario de su reconstrucción y reapertura.
El templo de las grandes voces mundiales de noches memorables a cargo de figuras como María Callas, Renata Tebaldi, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, Josep Carreras o Montserrat Caballé.
El Liceo volvió a abrir sus puertas el 7 de octubre de 1999 con la ópera "Turandot", de Puccini, en una velada presidida por los Reyes de España.
En este 7 de octubre para conmemora el vigésimo aniversario de la reapertura el Liceo estrena una nueva producción de "Turandot", encargada al artista multidisciplinar Franc Aleu.
El Liceo hoy continua siendo "una institución viva, experimental y en continua evolución".
Justamente la voz de Montserrat Caballé la más universal de las cantantes de ópera españolase se apago en Barcelona el 6 de octubre de 2018. En sus más de cincuenta años de carrera, interpretó cientos de óperas y conciertos en los principales teatros del mundo y por supuesto entre ellos el Gran Teatro del Liceo de Barcelona su huella nunca se borrará, humana y eterna.
Su amiga Teresa Berganza comento que "ha dejado un silencio que duele, pero su voz seguirá emocionando a las generaciones venideras".
Es por todo ello que en esta entrada del mes de octubre del 2019, he pensado en recordar el 20 aniversario de la reconstrucción del Gran Teatro del Liceo y el 1.er aniversario del fallecimiento de Montserrat Caballé, porque son dos historias que siempre han estado unidas y siempre lo estarán.
Como no podría ser de otra manera he escogido un fragmento de TURANDOT de Puccini cantada por MONTSERRAT CABALLÉ.
Montserrat Caballe "In questa reggia" Turandot
Comme le Phénix le Lyceo a surgi de ses cendres plus beau que jamais.
ResponderEliminarMontserrat Caballe, immense artiste, était aussi une femme charmante et pleine d'humour.
Je t'embrasse.
Eventi dolorosi della storia che non si possono dimenticare....
ResponderEliminarLe ricostruzioni fatte in seguito sono state di notevole bellezza e pregio
Un saluto, Lorenzo,silvia
Pero que maravilloso homenaje has dedicado al 20 aniversario de la reconstrucción del Gran Teatro del Liceo y al primer aniversario del fallecimiento de Montserrat Caballé, como bien dices, son dos historias que siempre han estado unidas y siempre lo estarán y quedaran inmortalizadas.
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada.
Besos.
que belleza de blog tienes muchacho cuanto arte hay dentro de tu mente
ResponderEliminarSabes que la ópera me emociona, Llorenç, así que empiezo por el final y escucho con placer ese bello fragmento de Turandot y recuerdo la maravillosa voz de la Caballé.
ResponderEliminarY luego leo tus post y miro las fotos, siempre con un poco de añoranza de mi amada Barcelona, Llorenç, y en este momento siento esa añoranza más todavía, y tristeza por lo que está ocurriendo. Aunque sé que, como el Liceo, la sociedad catalana levantará el vuelo por ella misma.
Me parece mentira que hayan pasado 20 años ya.
El Liceo era uno de mis clientes en una época en que trabajé de vendedora de productos informáticos. Las oficinas no eran nada glamurosas, pero era el Liceo. Qué tiempos.
La foto de la platea es impresionante y muy bella.
Un abrazo, guapo.